Una tarde en el museo

domingo, 15 de junio de 2008

Después de pasar por Cipo, hacer unas notas para la audición, tomar un café y comer Ñoquis… con Cata no estábamos satisfechos y decidimos dar una vuelta por el Museo Nacional de Bellas Artes, sede Neuquén. La iniciativa fue concreta: Ir a conocer el museo. Recorrimos durante más de 3 horas las instalaciones de este verdadero patrimonio nacional en la patagonia.

Diferente de las ideas que podrían pasar por nuestras cabezas recordando a la película (pedorra) “Una noche en el museo” no esperábamos que una escultura cobre vida, pero si que esa cultura sea viva.

El Museo Nacional de Bellas Artes fue inaugurado en 2004 para el centenario de la ciudad de Neuquén. Desde entonces se ha transformado en el icono cultural de la región. Y no es para menos, por sus salas pasaron muestras de grandes monstruos del arte como Pablo Picasso, Emilio Pettorutti, León Ferrari, Antonio Berni, Norah Borges, y Benito Quinquela Martín, entre otros.
La oferta visual del museo cuenta con patrimonio estable y colecciones temporarias. Al ingresar por el área de patrimonio estable se pueden contemplar obras del Renacimiento al Impresionismo, el Clasicismo español, las escuelas Holandesas e Inglesas y obras Románticas y Realistas. Además del arte europeo también se exhiben obras de los más grandes artistas nacionales y latinoamericanos que expresan la estética propia de la generación del 80´ y las nuevas Vanguardias.

En esta oportunidad tuvimos la suerte de presenciar la muestra temporaria de Carlos Alonso en su faceta de ilustrador. Se exponen trabajos realizados durante las décadas del 50 y del 60 para editoriales que buscaban incursionar en el arte de la ilustración de sus libros. Así, Alonso ilustra obras clásicas como “El Gaucho Martín Fierro” y “La vuelta de Martín Fierro” de José Hernández; “El Ingenioso Hidalgo Don Quijote de la Mancha, II parte” de Miguel de Cervantes Saavedra; “El Matadero” de Esteban Echeverría; “La Divina Comedia” de Dante Alighieri; y “20 poemas de amor y una canción desesperada” de Pablo Neruda, entre otras obras de renombre.
Los trabajos de Carlos Alonso en el Museo Nacional de Bellas Artes (Nqn) se confeccionaron en litografías, acuarelas, tinta sobre papel, lápiz y hasta collage. Esta obra representa un punto de inflexión en el arte de la ilustración. Alonso revoluciona la forma de ilustrar, no solo cuenta lo que dice el texto, sino que lo sustenta, lo corrobora y lo reversiona adaptando escritos clásicos a los dilemas de las sociedades actuales.

En conclusión pasamos una tarde diferente en el museo. Rodeados de arte, misterio e historia.

Vale la pena recordar que el Museo Nacional de Bellas Artes (Sede Neuquén) se encuentra abierto todos los días de 10 a 19 Hs, en Mitre y Santa Cruz (Parque central). La entrada es libre y gratuita.

En fin, Arte al alcance de un KO – KO.

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