De vez en cuando…

Y "La Viruta" se va para arriba, el otro día con Bajofondo y ahora nada mas y nada menos que con Sabina / Serrat. El enviado especial "El Chapa" nos escribió esto. Gracias Pá! Un Abrazo che!

De vez en cuando la vida nos besa en la boca y nos regala una noche
tan inolvidable que verdaderamente faltan palabras, y si sobran son de
aquellas que de tan repetidas ya parecen insignificantes. "Dos
artistas enormes", dice María Laura Santillán, quién junto a Santo
Biasatti anuncia que se ha suspendido el concierto debido a un
malestar de las estrellas. Segundos después, la cámara muestra una
ambulancia acercándose al escenario.

Ellos no están ahí adentro, sino afuera, arriba del escenario de la
Bombonera, entonando la melodía de "Ocupen su localidad", tema de
Joaquín que abre el concierto y que rápidamente se convierte en "Hoy
puede ser un gran día", de Joan Manuel. Serrat/Sabina…Mucha poesía.
Mucha lírica. Muchos años en escena, mucha complicidad y entendimiento
del lenguaje musical; mucha magia. Eso es "Dos pájaros de un tiro", la
gira que los está llevando por el mundo.

En días de 'nuevos últimos conciertos' y de gloriosos regresos, estos
dos gloriosos a los que todavía les queda camino por andar, se juntan
simplemente para improvisar rimas y para reírse de la vejez, de las
musas y hasta de ellos mismos. "Joan Manuel Serrat/Porteño de
Barcelona/Tú lo heredaste a Gardel/Yo canté con Maradona", recita
Sabina. Serrat ríe.

Y es que son personalidades tan distintas que es muy difícil
imaginarlos en un mismo escenario. Serrat, refinado, se dirige al
público con nostalgia y a su compañero con respeto; es el tipo de las
canciones de amor que van al corazón. Sabina, por el otro lado, se
dirige a la audiencia y a "El Nano" siempre con la sutil irreverencia
que lo caracteriza; es el tipo de las canciones de amor que se
escuchan en la calle.

No obstante, tienen cosas en común: nunca han sido grandes cantantes,
y ambos le cantan a la vida. ¿Pero de qué sirve cantar y cuánto hay
que vivir para crear esto? Serrat, de los hijos: "Nada ni nadie puede
impedir que sufran/que las agujas avancen en el reloj/que decidan por
ellos, que se equivoquen/que crezcan y que un día nos digan adiós".
Sabina, de los amores: "Y morirme contigo si te matas/y matarme
contigo si te mueres/porque el amor, cuando no muere mata/porque
amores que matan nunca mueren".

Yo fui a ver el concierto con mi familia y debo destacar que hablo más
que nada como amante de la literatura y de la música, ya que no
conozco mucho de la carrera de estos dos pájaros y no me considero
fanático de ninguno de ellos.
"Sabina es más rockero", era un comentario de mi padre. Eso yo no lo
sé, pero les voy a decir lo que si sé: las personas que conozco y que
vieron el espectáculo dicen que es por poco lo mejor que presenciaron
en toda su vida; en algún momento mis padres se pusieron a llorar; una
chica de veintitantos a mi lado lloró todo el concierto; la cancha
estaba repleta; la gente cantaba con un tiempo perfecto; los 'pájaros'
no querían salir volando y las personas no querían que volaran, por lo
tanto los trajeron de vuelta cinco veces y cuando finalmente
emprendieron vuelo aún quedaban temas por tocar.

Todos estos comentarios y halagos (míos, del resto y lo que es
evidente), hacen ver al concierto como una de esas películas
candidatas al Oscar con más de la mitad de los puntos a favor. ¿Se
entrega el Oscar a Mejor Concierto Musical? Ya empecé a delirar, me lo
contagiaron Serrat y Sabina.

En un momento mi padre se me acercó y me dijo: "Que raro que no
traigan a ningún invitado". ¿Y para qué? Si los invitados de honor
somos nosotros.

--"Que todas las noches sean noches de boda y todas las lunas sean
lunas de miel" – Noches de Boda, de Joaquín Sabina